
La agricultura protegida produce miles de millones de datos dinámicos, complejos y espaciales que incluyen bases de datos del suelo, datos del ambiente de los invernadero, registros de vacunación del ganado y hasta datos de inversión del gobierno.
Los datos agrícolas son más desestructurados que otros y tienen una gran cantidad de elementos hipermedia, es decir, sus formatos no se reducen datos a colocar en una tabla y compararlos. Al contrario, incluyen modelos agrícolas en forma de texto, gráficos, imágenes, animaciones, voz y video.
Toda esta información producida en los campos tiene la posibilidad de estar en la nube y con esto, dar datos útiles a todos los agricultores. Así, la información generada en ambientes parecidos de distintas partes del mundo pueden compartirse y ofrecer soluciones a los problemas más comunes.
¿A quién más le sirve?
Al utilizarlos también se incluyen otras herramientas tecnológicas. Así, datos obtenidos de los sensores del suelo, las imágenes tomadas con satélites y la información de las estaciones meteorológicas, se conjuntan para ser analizadas con la capacidad de la nube y con esto, comprender mejor su entorno de producción.
Más herramientas también significan más personal capacitado, por lo tanto, un trabajo más especializado, con una menor exigencia física y una mayor retribución económica. Esto sin contar el montón de desarrolladores de software, hardware y aplicaciones que se necesitarán para personificar las herramientas.
La industria agrícola siempre ha utilizado datos, tienen dentro de sus prácticas la costumbre de llevar cuadernos de campo y trabajar con ellos en los siguientes años agrícolas, lo que hace el cloud computing es poner al alcance de todos esta información y analizarla, ofreciendo así panoramas con los mejores resultados.
Casos de éxito
Un ejemplo práctico se da en el desarrollo del Internet of the things (IoT) en la agricultura protegida. Sus aportaciones se pueden resumir en estos tres puntos:
Proporciona servicios de almacenamiento de datos barato, de esta forma pueden almacenar y compartir todo tipo de información agrícola.
Los agricultores pueden emitir juicios de los datos que arrojan las herramientas pero sólo las computadoras pueden soportar sistemas de análisis de grandes bases de datos.
El cloud computing crea una plataforma segura para el desarrollo de otras aplicaciones del IoT.
Esto es útil para el agricultor porque les permite tomar medidas de una temporada de crecimiento o corregir problemas antes de que se perjudique el rendimiento de sus cultivos. Los especialistas en tecnología aplicada al campo creen que la nube podría cambiar la forma en la que cultivamos para bien.
Fuentes:
https://www.mdpi.com/1424-8220/19/8/1833/htm
https://theweek.com/articles/732140/future-farming-cloud