Internet of the Things en agricultura de precisión

El Internet de las cosas (IoT) se desarrolló en 1999 en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) con el sistema de identificación por radiofrecuencia de red.

Con los avances en las TICs hoy en día es una red basada en Internet que conecta "cosas" físicas y virtuales que intercambian mensajes y se comunican entre sí para realizar un posicionamiento inteligente, seguimiento, identificación, percepción, monitoreo y administración a través de tipos de redes en cualquier momento y en cualquier lugar.

El IoT funciona en la agricultura porque ofrece soluciones en áreas amplias que necesitan ser monitoreadas y controladas continuamente. Esto se traduce en la interconexión entre herramientas digitales que permiten un mejor uso de recursos para los agricultores.

Por ejemplo, el empleo inteligente de sensores multimedia permite optimizar el proceso de riego. ¿Cómo? Las imágenes procesadas funcionan con sensores IOT que son entrenados para indicar “la sed” de las plantas, mientras que los métodos de aprendizaje automático (machine learning) deciden el mejor momento para el riego.

IoT en la agricultura protegida

El desempeño que tiene en el campo de la agricultura protegida permite controlar las condiciones del suelo, apoya a tomar mejores decisiones para monitorear el cambio climático y ayuda a mejorar la salud vegetal.

Por ejemplo, cuando haya cambios en el ambiente, las herramientas de IoT envían automáticamente un mensaje de advertencia para que el administrador pueda controlar factores como la temperatura, la humedad, la concentración de dióxido de carbono y la iluminación. Además, las cámaras muestran los primeros signos de enfermedades y el ataque de insectos para que el agricultor tome medidas preventivas.

Estas herramientas funcionan en todas las etapas de la cadena de alimentos. Así, se pueden rastrear vía GPS o RFID la transportación de los productos y el almacenamiento; mientras que en los supermercados se usan tecnologías para predecir la demanda de los productos en estante y el consumidor puede consultar el origen de sus alimentos gracias a lectores de códigos. Todo esto en tiempo real.

El aspecto funcional de IoT es unir cada objeto sea tangible o intangible de forma que las personas puedan controlarlos a través de Internet. Además, se mantienen actualizados para conocimiento del usuario, lo que da mayor seguridad para su uso.

En todo este espectro de avances, los inconvenientes principales que se observan son tres: el personal capacitado para operarlo, el financiamiento para obtener las tecnologías y la seguridad que ofrece la interconexión.

Fuentes:
https://link.springer.com/article/10.1007/s11042-019-7367-0
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0168169918316417?via%3Dihub
https://www.mdpi.com/1424-8220/19/8/1833/htm

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