
La agricultura climáticamente inteligente (CSA, por sus siglas en inglés) pretende mejorar la capacidad de los sistemas agrícolas con el objetivo de conseguir seguridad alimentaria y adaptarse para crear estrategias de desarrollo agrícola sostenible.
Busca aumentar de forma sostenible la producción y los ingresos agrícolas, adaptarse e impulsar resilencia al cambio climático y reducir o absorber gases de efecto invernadero en la medida de lo posible.
Estos tres enfoques integrados fueron propuestos en relación con los desafíos de la seguridad alimentaria y el desarrollo del cambio climático, para ayudar a los países a determinar las opciones que tienen para generar el máximo beneficio.
Esto no significa que todas las medidas puestas en marcha deban reportar avances en las tres cosas, se trata de reducir las compensaciones y generar sinergias teniendo en cuenta estos objetivos. Así lo entiende la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Las acciones para poner en práctica la CSA incluyen:
1. Ampliación de la base de evidencias
2. Apoyos a marcos políticos propicios
3. Refuerzo de instituciones nacionales y locales
4. Mejora de las opciones de financiación
5. Implementación de prácticas a nivel terreno
Sistemas más sostenibles dependiendo del lugar
La FAO asegura que la CSA facilitará la transición a sistemas alimentarios más productivos y sostenibles. La forma en la que esperan que suceda es adoptando prácticas en función del clima.
Reconoce que todo depende del contexto y la capacidad de cada país, lo que incluye el acceso a la información, la armonización de las políticas y los mecanismos financieros a los que tienen acceso.
Por eso es importante proporcionar los medios para lidiar con la problemática a nivel local, nacional o internacional al elegir las estrategias agrícolas que pueden adaptarse a condiciones climáticas específicas. Así surgen alternativas por cada contexto que ayudarán a una mejor toma de decisiones con hechos comprobados.
La clave del éxito consiste en realizar iniciativas coordinadas a largo plazo que involucre a todos los interesados, desde el productor, hasta agentes en el plano del comercio internacional.
Fuente: FAO