
Las áreas cultivables en México están restringidas por la frontera agrícola. El Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) en su Atlas Agroalimentario indica que de las 24.6 millones de hectáreas destinadas para el agro, 21.6 fueron dedicadas a esta actividad.
Se conoce como frontera agrícola a toda la tierra que tiene condiciones aptas para sembrar. Estas incluyen textura, retención de humedad, profundidad y condiciones climáticas adecuadas para los cultivos, pero, si las tierras están abandonadas o en descanso ya no son consideradas dentro de este concepto.
Los estados que lideran la distribución de la superficie agrícola son Chihuahua (13%), Sonora (9%), Coahuila (8%), Durango (6%) y Oaxaca (5%), esto de acuerdo con información de 2017 del SIAP.
Además de tener un gran territorio destinado al agro, al menos 6 millones de mexicanos trabajan en actividades relacionadas con el campo. En 2017, únicamente en 20 municipios y alcaldías de todo el país no se realizó actividad agrícola.
Recursos que se acaban
A pesar de estos números la dinámica del crecimiento demográfico pone en alerta a los especialistas ya que estas tierras deben ser suficientes para abastecer de alimento a una población en constante cambio.
Tan sólo de 1980 a 2015, la población en México creció 67% y para cubrir los requerimientos de esta alza, los agricultores tuvieron que aumentar la producción 117%. La forma en que lo consiguieron fue aumentando el área de cultivo 23% y el rendimiento 67%.
A principios del año 2000 aumentaron en casi 1 millón las hectáreas cultivables y, aunque la tendencia se proyectaba al alza, a partir de 2009 empezó a bajar porque esta medida no era sostenible.
La frontera agrícola no se puede seguir expandiendo, pero la población sí lo hará. El Consejo Nacional de Población (CONAPO) indica que en 2018 México contaba con 125.3 millones de personas y proyecta que para 2050 sean 148.2 millones, 22.9 millones de personas más para quienes se debe producir alimento.
Con menos tierra para cultivar, menos manos para trabajar el campo y más demanda de producción, la agricultura mexicana necesita invertir en tecnología que ayude a alcanzar el abasto de alimento.
Fuente: Atlas agroalimentario 2012-2018