Menos tierra para sembrar

Los países en desarrollo aumentan su producción de cereales por rendimiento e intensidad de siembra en un 80%, mientras que la expansión de tierras cultivables sólo aumenta 20%. En consecuencia, a nivel mundial se tiene menos tierra para sembrar y la tasa de crecimiento en los rendimientos de las principales cosechas ha ido disminuyendo constantemente.

A esto se suma el problema de la deforestación y las consecuencias que tiene en el medio ambiente. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) las repercusiones de la deforestación a gran escala afectan principalmente al ecosistema y sus comunidades.

La deforestación representa una quinta parte de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) y tienen un fuerte impacto en los usos del suelo como pastizales y las reservas de agua. Otros aspectos a considerar en las consecuencias directas es una pérdida importante de la biodiversidad, la erosión del suelo, la interrupción en los ciclos del agua y la desertificación.

Incremento del hambre

El hambre persiste por la falta de oportunidades y de ingresos para la gente de escasos recursos. Sin embargo, la experiencia de los países que han logrado reducir el hambre y la desnutrición, muestra que el crecimiento económico no garantiza automáticamente el éxito.

El cambio climático y el aumento de la producción de biocombustibles representan riesgos importantes para la seguridad alimentaria a largo plazo. Además, la biodiversidad, otro recurso esencial para la agricultura y la producción de alimentos, está amenazada por la urbanización, la deforestación y la contaminación.

Por eso la organización internacional recomienda movilizar la voluntad política y construir las instituciones necesarias para garantizar que las decisiones clave sobre inversión y políticas para erradicar el hambre, se tomen y se implementen de manera efectiva.

El futuro del agro

El futuro de la agricultura y la capacidad del sistema alimentario mundial para garantizar la seguridad alimentaria de una población en crecimiento, están estrechamente vinculados a una mejor administración de los recursos naturales.

Por ello es necesario establecer los incentivos adecuados para aprovechar los servicios ambientales de la agricultura a fin de proteger la biodiversidad y garantizar la producción de alimentos utilizando tecnologías sostenibles.

La FAO llama a que los gobiernos del mundo diseñen reformas e inversiones en todas las regiones para hacer frente a la creciente escasez y degradación de la tierra, el agua y la biodiversidad y a las presiones adicionales que resultan del aumento de los ingresos, el cambio climático y las demandas de energía.

Nuestra sociedad tiene los recursos y la tecnología para erradicar el hambre y garantizar la seguridad alimentaria a largo plazo para todos, a pesar de los muchos desafíos y riesgos. La tecnología tiene la responsabilidad de afrontar la problemática y ofrecer las soluciones necesarias.

Fuentes: FAO

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